¿Evaluamos como enseñamos o enseñamos como evaluamos?
Cuando los viejos vicios se trasladan
a la virtualidad.
María Janeth Ríos
El tema que abordaremos en esta
oportunidad se relaciona con la Evaluación de los Aprendizajes en Entornos Virtuales,
al cual hemos incorporado una expresión de lo que creemos debería ser uno de los ejes transversales del proceso evaluativo: la Promoción
de Procesos Autorreflexivos. Éste es, por tanto, un escrito para invitar a
reflexionar sobre nuestra propia práctica.
Comenzaremos por referirnos a una
realidad que está ocurriendo en la forma de evaluar en los entornos virtuales y
es el hecho de que en ellos se están repitiendo algunos de los errores de la
educación presencial: Enunciados de actividades que muchas veces no explican
las condiciones para realizarlas; no se menciona si existen o no opciones
de consulta para los estudiantes en caso de dudas, inquietudes o algún otro
inconveniente, no se especifica si la tarea puede hacerse de forma individual o
colectiva; solo se hace énfasis en el producto… encontramos así, propuesta de actividades
sin considerar las diferencias individuales que en cuanto a habilidades y
destrezas tienen los alumnos.
Así mismo, frecuentemente, con base en
los resultados obtenidos en el producto o actitud final de los estudiantes, se pretende
medir su aprendizaje y asignar "etiquetas" con las que intentamos "clasificarlos". Se
hace necesario, establecer con claridad en cuanto a ¿qué es lo que se espera
con las actividades de aprendizaje que proponemos en una planificación?.
Entonces, ¿qué concepciones tenemos
acerca de lo qué es evaluar en entornos virtuales? ¿Cuál es nuestra intención
al hacerlo? Como bien sabemos, existen varias formas de asumir y en consecuencia,
de llevar a cabo la evaluación. Como medición: evaluamos productos con base en
los cuales como ya dijimos, etiquetamos a estudiantes que se ubican entre
aquellos que obtienen calificaciones por debajo de la nota mínima aprobatoria y
los que superan tal calificación, pero, un número por si solo no puede
describir el aprendizaje alcanzado o no por un alumno. La evaluación en este
caso, se convierte en un juicio de valor absoluto, cuando debería ser un
proceso dinámico, algo más que una simple y mera medición.
Otro punto es que muchas veces nos
conformamos con llevar a cabo diagnósticos iniciales que poco consideramos para
reajustar nuestras planificaciones; evaluaciones formativas que carecen de un
feedback que invite a nuestros alumnos a reflexionar sobre sus intervenciones y
tareas y la forma en la cual están siendo abordadas, dándole mayor interés a la
llamada evaluación sumativa.
Como hemos dicho al inicio, nuestra
intención es exaltar la evaluación de aprendizajes, como proceso mediante el
cual podamos promover en nuestros estudiantes la metacognición hacia su propia
forma de aprender y abordar el conocimiento; en otras palabras promover la
autorreflexión. En tal sentido, la evaluación se configura en un elemento que
atañe tanto al docente como al estudiante. Para el docente se constituye en una
fuente de información no solo para valorar y describir el aprendizaje alcanzado
por sus alumnos, pues también le servirá para verificar (y quizás ajustar,
reordenar, modificar) las estrategias (y por ende, las actividades y técnicas)
utilizadas en el acto didáctico. Para el estudiante, el proceso evaluativo
deberá constituirse en la fuente por excelencia de su propio aprendizaje.
LA AUTORREFLEXIÓN
Principalmente la autorreflexión se
relaciona con:
Autosupervisión, que al decir de Barnett
(1997), es un proceso continuo donde el sujeto controla y verifica cada acción
que ejecuta en función de parámetros que conoce.
Autoconfrontación, que según Beck y
otros (1994), tiene que ver con la reflexión consciente que realiza el sujeto
sobre sus propios compromisos, retos y responsabilidades.
Autoconciencia, cuando el individuo es capaz de reconocer sus fortalezas y debilidades para aprender en y desde la
propia experiencia.
Criticidad, capacidad de analizarse a sí mismo y al entorno que le rodea.
Lo anterior, nos obliga a plantearnos
algunas interrogantes: ¿Evaluamos en los entornos virtuales para promover la
autorreflexión en nuestros estudiantes, y por qué no, en nosotros mismos? ¿Evaluamos
en función de parámetros con los que el estudiante está plenamente
identificado? ¿Realizamos un acompañamiento tal que genere en nuestros alumnos
la capacidad de reconocer sus compromisos, retos y responsabilidades frente al
acto didáctico? La evaluación debería, en consecuencia, suscitar en el
estudiante el análisis interno y del contexto para resignificar su propia experiencia.
Como vemos, nuestras creencias y
acciones hacia la evaluación en entornos virtuales, son sin duda, aspectos
importantes de los cuales depende, en gran parte, un acto didáctico pertinente
y realmente ajustado hacia la motivación, el interés, y, por supuesto, hacia el
logro de aprendizajes para la formación continua del estudiante.
CÓMO FAVORECER LA AUTORREFLEXION
SIGNIFICATIVA
Algunas de las condiciones o factores
que pudieran favorecer la autorreflexión significativa en nuestros estudiantes
en un entorno virtual, serían:
Motivar su disposición hacia la
socialización del conocimiento. En los entornos virtuales, podemos generar
espacios para ello a través de foros de discusión, encuentros en chat; también
con la presentación de información para su análisis y comentario, preguntas
generadoras de discusión… entre otras opciones.
Promover el uso y desarrollo de
competencias cognitivo-lingüísticas. Capacidad de redacción, síntesis,
secuencia de ideas, exposición sustentada de opiniones
Impulsar el interés y la
motivación hacia el aprendizaje, lo cual demanda en los docentes actuar con empatía y
actitud positiva.
Utilizar los diversos canales de
comunicación disponibles en los entornos virtuales y otras alternativas de la Web
2.0 que quizás no se encuentren en dichos entornos (correo electrónico, Redes
Sociales…) para hacer un acompañamiento permanente a nuestros estudiantes. Es necesario un feedback para instar a la
autorreflexión.
Lo anterior, indiscutiblemente, nos
lleva a mencionar, de igual forma, algunas otras acciones inherentes a la
planificación didáctica para promover e involucrar a los estudiantes en los
procesos evaluativos autorreflexivos:
Motivarlos hacia la apropiación de los
objetivos de aprendizaje. Los estudiantes que conocen los aprendizajes que se esperan
de ellos pueden mejorar su actitud hacia la experiencia que están por
emprender.
Inclusión de actividades para la
construcción individual y colectiva del conocimiento: envío de tareas,
realización de trabajos en equipos (wikis, blogs, documentos de Google), foros
colectivos de reflexión, entre otras.
En cuanto a algunas de las cualidades
necesarias del docente para la promoción de estos procesos evaluativos autorreflexivos
en entornos virtuales, tenemos:
Ayudar a aprender: mediante acciones
de seguimiento, acompañamiento y feedback permanentes.
Facilitar el aprendizaje con
actividades centradas en los estudiantes
Ser creativo: variedad en presentación
de contenidos y en las actividades propuestas
Investigar: actualizar permanentemente
contenidos en atención a la realidad que subyace al currículo y al contexto
Promover diálogos crítico-reflexivos:
establecer actividades como debates,
estudio de casos, y otros espacios para el intercambio de ideas.
Tener claridad en su rol frente a la
evaluación. El docente no es el único que interviene en dicho proceso; en él
también se incluye al alumno para que se evalúe a sí mismo, a sus compañeros, al docente, al entorno
virtual donde se desarrolla el acto didáctico y al acto didáctico propiamente
dicho.
Con respecto, a los estudiantes,
estamos obligados como docentes a planificar y actuar en función de promover en
ellos:
Su interés por “aprender” e
investigar. Sembrar en ellos el interés por conocer más allá de lo abordado en
el curso
Que sean creativos, tanto en sus
actitudes como en sus intervenciones y producciones.
Promotores y generadores de diálogos
crítico-reflexivos con sus pares
Partícipes activos en la evaluación:
no solo para su autorreflexión, también para valorar la planificación,
actividades propuestas, actitud y acompañamiento del docente, desempeño de sus
compañeros.
OTRAS IMPLICACIONES NECESARIAS EN UN
ENTORNO VIRTUAL PARA FAVORECER EL PROCESO EVALUATIVO
Garantizar el acceso al curso, hacer
uso efectivo de los mecanismos de seguimiento e involucramiento (docente y
estudiantes). Adicional a las opciones que ofrece un entorno virtual
(Calificaciones, frecuencia de visitas por estudiantes, actividades realizadas,
campos visitados), también se pueden utilizar como alternativas: correo
electrónico, grupos en redes sociales. En algunas oportunidades el uso de
teléfono móvil para comunicarse, lo cual también es válido.
Planificación del tiempo. Por parte
del docente es imprescindible planificar el tiempo que destinará al seguimiento
y la retroalimentación necesarios en un curso. En cuanto al estudiante, ya
conociendo los aprendizajes esperados, las actividades que debe realizar, y
todo lo que ello implica, deberá hacer ajustes a su tiempo disponible para el
estudio. Debe considerarse, igualmente, la
estimación de horas para la realización de cada actividad, lo cual va a
depender de la naturaleza y cantidad de información que el estudiante debe
procesar y analizar, y de lo que se
espera que realice con ella. Al
estudiante puede ofrecérsele una agenda de trabajo en la que se indique la
cantidad de horas estimadas para la realización de cada una de las actividades.
Actitudes personales favorables. Si el docente
actúa con compromiso, humildad, ética, empatía… sus estudiantes muy
posiblemente actúen de la misma manera. Un docente que no frecuenta su curso y
no retroalimenta de manera significativa, muy posiblemente tendrá alumnos poco motivados
y con actitudes negativas hacia el aprendizaje, lo cual muchas veces genera
deserción.
Habilidades y destrezas para el uso
y/o diseño de medios didácticos. Esta condición es imprescindible
en ambos actores, máxime cuando la web 2.0 nos ofrece cada día innovaciones
tecnológicas que pueden favorecer los procesos de enseñanza y aprendizaje en
entornos virtuales.
DE LA COMUNICACIÓN ENTRE USUARIOS Y
CONTENIDOS, Y SU IMPLICACIÓN EN EL PROCESO EVALUATIVO
Especificamos ahora algunas alternativas
comunicacionales para procesos evaluativos autorreflexivos en entornos virtuales
Para favorecer la comunicación entre
usuarios y contenidos contamos con una gran diversidad de herramientas y
servicios tecnológicos: podemos presentar contenidos en vídeos, grabar video clases para ser presentadas
posteriormente a los estudiantes, conferencias y entrevistas con expertos
disponibles en la red. Tenemos también la posibilidad de publicar y/o enviar documentos
(artículos, presentaciones en línea, presentaciones portátiles, resúmenes,
también disponibles en internet). Esto por supuesto nos obliga a una
actualización permanente en el uso de herramientas como: Slideshare, Youtube,
correo electrónico y todas sus bondades, archivos en código HTML, ofimática,
creación y edición y publicación de vídeos.
Por otro lado, debemos tratar de
evitar la monotonía en la presentación de contenidos. No es conveniente que los
contenidos de un curso, se presenten en un solo formato. Recordemos que tenemos
estudiantes que no son tan aficionados a la lectura, y disfrutan más y asimilan
mejor la información presentada de forma visual y/o auditiva. Otros aspectos serían:
Búsqueda de información pertinente y
actualizada. En el mundo de hoy, la
información se genera y se multiplica muy rápidamente, tenemos muchísima
información y debemos ser capaces de seleccionar las más pertinente y válida.
Balance entre consumo y producción de
contenidos. Debe haber un equilibrio entre la información que presentamos al
estudiante y los contenidos que se aspira que produzca.
LA COMUNICACIÓN ENTRE USUARIOS Y SU VINCULACIÓN
CON EN EL PROCESO EVALUATIVO
Para la comunicación síncrona (aquella
que ocurre al mismo tiempo entre los sujetos que se conectan), podemos tomar en
cuenta lo siguiente:
Tener claridad en el propósito del
encuentro: si es sistematizar procesos, promover diálogos reflexivos, unificar
criterios y aclarar dudas, conversatorios en línea, vídeo clases en vivo, entre
otros.
Para dichos encuentros síncronos,
contamos con varias opciones que ofrecen la posibilidad de (vídeo, chat y/o audio) – como por ejemplo: Blackboard,
WizIQ, Skype.
Uso racional del chat: en cuanto a
número de participantes, no es conveniente un número exagerado de estudiantes.
En una sesión de chat conviene que la cantidad no exceda de unos 6 o 7 alumnos.
Si configuramos el chat en un curso para reuniones virtuales entre los
integrantes de un grupo, con la posibilidad de que las sesiones queden
grabadas, tendremos un espacio rico en información para evaluar y dar feedback
sobre los avances, aportes y toma de decisiones del equipo en función del
trabajo que estén realizado.
Los encuentros asíncronos, por su
parte, podemos incluirlos en nuestras planificaciones para: generar debates,
diálogos de reflexión, procesos de auto / coevaluación, espacios para
exposición e intercambio de ideas y opiniones, espacios de socialización, esto
últimos para generar un clima de familiaridad en el entorno para motivar al
estudiante a ingresar al curso no solo por aprender sino también para
interactuar con sus compañeros.
Los encuentros asíncronos también
pueden favorecer el trabajo colaborativo a través de foros, wikis, blogs. Otras
opciones para trabajos individuales son: los glosarios, y los cuestionarios
(estos últimos se sugieren más para la autoevaluación), en el caso de
utilizarlos como pruebas deben evaluar la reflexión más que a la memorización. Es
Importante también no limitar la evaluación de los aprendizajes a un solo tipo
de actividad.
Ambos encuentros, tanto los síncronos
como asíncronos, deben planificarse de forma pormenorizada:
Establecer normas para la
intervención.
Dar a conocer los criterios de
evaluación. Enunciados claros y precisos en las consignas o enunciados de las
actividades, recordemos que en un ambiente virtual, el tipo de comunicación por
excelente es el escrito.
Tener claridad en cuanto a la
estimación del tiempo que deberán invertir los estudiantes para realizar la
actividad y así poder establecer un tiempo prudente de duración de la
misma.
Seguimiento y retroalimentación
continuos. Un feedback adecuado y a tiempo promueve curiosidad, interés y, por
tanto autorreflexión en el estudiante.
Tener conocimiento y considerar la experiencia
de los estudiantes con respecto al uso de las herramientas o servicios
informáticos inherentes a la actividad, también sus conocimientos previos en
cuanto a contenidos.
Plazos. Si bien es cierto es
importante establecer plazos para cumplimiento de asignaciones; sin embargo, en
el marco de la flexibilidad que debe imperar en la educación a distancia, puede
haber excepciones.
REALIDADES QUE NO PODEMOS OCULTAR
Existen algunas realidades presentes que no podemos ocultar frente a la necesidad de evaluar en y para la autorreflexión. No podemos negar, por ejemplo, que el tiempo de
dedicación que implica leer, comentar, replicar de forma sustentada, dar el
feedback adecuado en un entorno virtual, representa, tanto para el docente,
como para el estudiante, una inversión considerable de horas. Esto nos obliga a
planificar el tiempo en atención a todos los roles que ejercemos.
De las concepciones de evaluación,
sabemos que la de mayor impacto ha sido la evaluación por productos y no de
procesos. Esta es una realidad que está presente tanto en estudiantes como
docentes. De allí que entre los intereses primarios de ambos actores se
encuentren las calificaciones.
Otra realidad es que no todos los
actores cuentan con las habilidades o competencias comunicacionales para
intervenir activamente en un entorno virtual. Será responsabilidad del docente
gestionar dicha realidad con el seguimiento y acompañamiento adecuado.
“La evaluación es un proceso de búsqueda del
profesor y los estudiantes, en donde ambos verifican sus aciertos y desaciertos”
Rosa
María Garza
La
evaluación se constituye así, en un proceso permanente de aprendizaje tanto
para el docente como para los estudiantes.
Referencias:
Barnett, R. (1997). Towards a higher education for a new century. University of.
London, Institute of Education.
Beck,
Giddens y Lash (1994). Modernización Reflexiva. Madrid, Alianza Universitaria.
Otras
consultas sugeridas:
Barberà,
E. (2006). Aportaciones de la tecnología a la e-Evaluación. Disponible en: http://www.um.es/ead/red/M6/
García
Aretio, L. (2004). Evaluación de los aprendizajes en entornos virtuales.
Disponible en: http://www.cibersociedad.net/public/k3_arxius_gts/9816_52_piwvt1q3_arx_gts.pdf
Restrepo, B. (2008). La evaluación de
aprendizajes en ambientes virtuales en la Educación Superior. Disponible en: http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/article-175394.html
EEvaluación de los aprendizajes en Entornos Virtuales: Hacia la Promoción de Procesos Autorreflexivos. from María Janeth Ríos
Evaluación de aprendizajes en entornos virtuales. Hacia la promoción de procesos autorreflexivos por María Janeth Ríos C. se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. Basada en una obra en http://mariajanethrios.blogspot.com/2012/07/evaluacion-de-los-aprendizajes-en-los_25.html. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en http://mariajanethrios.blogspot.com/.
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